Una persona que entra a Evinmotors, puede pensar que todo lo que hay allí y se hace ahí es pura aventura y diversión, pero esta es una compañía comprometida con sus clientes, que ha logrado el éxito después de muchos años de trabajo, superar retos, conocer su mercado y enfocarse en el respeto y servicio al cliente.
Carlos Olivares, presidente de Evinmotors nos resume su oferta de esta manera: “Una vez tú entras por la puerta de Evinmotors te vas a encontrar un mundo. Por fuera el edificio es un edificio negro, que a lo mejor no dice mucho, pero cuando tú entras aquí, de verdad que hay productos para todos, desde los más chiquitos, desde niños de 3 años, hasta personas mayores. También tenemos clientes que tienen discapacidades y hemos logrado con ellos adaptar los vehículos que tenemos aquí para que cumplan sus sueños de poder manejar este tipo de producto. Tenemos productos que son muy seguros y productos muy alegres, o sea, que tienen mucha potencia. De verdad que aquí hay productos para satisfacer todas las necesidades.
Toda esta variedad de productos y servicios que Evinmotors ofrece a sus clientes es el resultado de muchos años de esfuerzo y sacrificios. Carlos llegó a Puerto Rico en el 2007 procedente de Venezuela. Las compañía comienza como una compañía familiar que se fundó y se desarrolló en Venezuela a partir del año 1983. El tío de Olivares fue el que fundó la empresa y empezó vendiendo motores fuera de borda, motores de bote y una marca de motocicletas.
“Nosotros empezamos esta aventura aquí en Puerto Rico porque la situación de Venezuela estaba muy complicada, y aunque nos iba muy bien allá, dijimos, ‘Mira, esto puede cambiar’, y desafortunadamente fue así. Nos acercamos a nuestro principal proveedor y les pedimos buscar un segundo territorio, diversificar el riesgo, y surgió la posibilidad de Puerto Rico. Aquí había un representante, pero ellos tenían conflicto de interés porque este representante tenía muchas marcas que eran competencia entre ellas. Fue una adquisición bien amigable. Nosotros adquirimos la línea acá porque ellos también querían salir de la marca, porque a su vez les traía problemas con su otro proveedor, entonces fue un win win para todos.
Para comenzar, vinimos mi primo y yo. Estábamos entre los dos yendo y viniendo. Yo venía un mes y él otro mes. Teníamos que atender cada parte del negocio, porque desde ese entonces hasta hoy en día, nosotros nos dividimos las tareas dentro de la organización. Él trabaja más en la parte de ventas y marketing y yo estoy más en la parte de administración, control y finanzas. Entonces él venía un tiempo a hacer las ventas y luego yo venía, había que cobrar lo que vendíamos. En eso estuvimos hasta que ya el negocio fue creciendo y decidimos mudarnos para acá”.
Sin embargo, aunque el comienzo de Evinmotors en Puerto Rico fue exitoso, no pasó mucho tiempo para enfrentar piedras en el camino. Carlos Olivares nos cuenta los retos que enfrentaron y cómo lograron superarlos: “Hubo muchísimos retos cuando llegamos. De verdad que la ignorancia no perdona y aunque nosotros éramos exitosos en Venezuela, aquí es completamente diferente el mercado y la estructura. Nosotros veníamos de una estructura de wholesale; teníamos dealers alrededor de Venezuela y llegamos aquí a implementar lo mismo. Cuando abrimos operaciones en Puerto Rico teníamos 12 dealers.
Vino la crisis del 2008, la crisis financiera de Estados Unidos y de esos 12 dealers los 12 cerraron sus puertas. O sea que nosotros nos quedamos aquí con un almacén, un montón de inventario y sin un punto de venta desde donde vender. Empezamos a participar de cualquier de evento que había en la isla, boatshows, hablamos con los malls en Puerto Rico y poníamos stands para vender directo a los clientes ya que no había una tienda como tal, vendiendo desde el almacén, haciendo eventos los weekends para tratar de mover el inventario y empezamos a buscar un local.
Eran tiempos bien difíciles porque la economía estaba muy mala. El mercado inmobiliario en Puerto Rico, al ser una isla, es costoso, y no teníamos ese dinero, hasta que conseguimos y alquilamos una pequeña casa en la avenida 65 de Infantería. Nos tomó como un año remodelarla y ponerla de acuerdo con nuestros estándares, porque nosotros somos fieles creyentes de que donde estemos, tenemos que representar a nuestra marca de la mejor manera posible y que el cliente se sienta feliz y contento de entrar a nuestra tienda para que lo que incentive a comprar. Nuestro mercado es un mercado de impulso, de emociones y hay que tratar de transmitir eso para ser exitoso”.
Evinmotors logró superar esa crisis y continuó su evolución y desarrollo, ofreciéndole al público puertorriqueño los productos que estos deseaban. Sin embargo, como los Olivares buscan el continuo crecimiento de su empresa, decidieron que era momento de expandir el local y empezaron a buscar el local apropiado para crecer. Es en esta época que entra Oriental como socio de negocio de Evinmotors.
“Oriental llega a ayudarnos en Evinmotors en el año 2019. Nosotros tuvimos muchos años buscando crecer, expandir. Estábamos en una pequeña casa y queríamos ya dar el próximo paso, llegar al próximo nivel. Buscamos muchas alternativas en bancos y nos cerraban la puerta, pero llegó Oriental. Tocamos a la puerta de Oriental y le mostramos este proyecto y ellos nos hicieron el puente con SBA y logramos hacer el préstamo para adquirir este edificio y crecer el negocio en un 300 por ciento.
Oriental nos apoyó en todo desde el principio, tanto en la adquisición del local, como en toda la remodelación, siempre estuvieron de la mano bien proactivos. Angie, quien es nuestra ejecutiva, siempre ha dado la milla extra. Es una persona que siempre atiende el teléfono, no importa si ella está de vacaciones o lo que sea, siempre está ahí para nosotros. De verdad que el proceso fue bastante sencillo para la complejidad que nosotros pensábamos y nos sorprendió porque todo evolucionó y fue bien rápido. La aprobación salió súper rápida y nos sorprendió gratamente porque creíamos que ya era la hora cumplir nuestro sueño.
Este edificio tenía varios años cerrado, estaba bien deteriorado. La gente nos decía, ‘wow, eso está demasiado grande’. Nosotros veníamos de 5,000 ft cuadrados a 40,000 ft cuadrados, que es muchísimo el cambio. Nos preguntaban si teníamos inventario para llenar esa tienda y decíamos ‘Sí lo tenemos y lo vamos a tener. Vamos a tener el respaldo tanto de la familia, como del banco. Vamos pa’ lante’. Recibimos apoyo de las marcas, mi esposa que es arquitecta, nos ayudó muchísimo en la elaboración de los planos y empezamos a soñar y a construir inmediatamente. Logramos el préstamo y cerramos operaciones al final de julio, nuestra temporada alta. Nuestra temporada alta acaba en verano y queríamos abrir antes de la próxima temporada alta, que comienza en marzo. O sea que de agosto a marzo hicimos todo y abrimos en febrero, inclusive un mes antes de lo que estaba estipulado”.